jueves, 5 de junio de 2008

BIB AZAHAR 13

Otoño

Otoño de septiembre en el Sardinero,
y sin embargo ni pudor,
el cielo a mediodía ronronea un azul impoluto
de gato mimoso negociando con los transeúntes
una caricia de vestimentas ligeras y coloristas
que aprovechan los últimos paseos del año
antes de caer en el letargo
de los armarios de invierno.
El aire viste un traje de luz
y desnuda los árboles de sombras
que quedan tendidas en las calles
con esa pose de sensualidad que sólo sabe adoptar la ropa olvidada
por los enamorados.
Es Domingo. Los coches pasean naturistas
sus mejores brillos,
los que entre semana guardan bajo el polvo de las carreteras,
y se saludan al cruzarse con hondos y suaves gemidos de motor.
Frente al hotel,
cada una en un erecto mástil,
varias banderas ondean perezosas una lujuria natural,
instintiva,
propia de la ropa íntima de los Estados,
tal vez, nostálgicas de esas románticas épocas
en que sus amantes luchaban por ellas en las guerras.
Es momento ideal para liberar la piel de los tejidos que la cercan
y entregarla a la ensoñación simbólica
de unas manos andaluzas
que dibujen con delicadeza
los paisajes del Reino del Deseo.
***